01 julio 2010

Zoo


Me pongo los audífonos y una chalina al cuello, apago la luz y abro la ventana de mi habitación.

A las 3 de la mañana lo único que queda en la ciudad es el brillo incesante de las miles de miles de lucecitas de los edificios y el lejano sonido de algún vehículo, nada más.

Ah… bueno, eso y YO que no dejo de pensar, que no puedo dormir.

La música del mp4 me devuelve al porque de mi insomnio:

Es por la selva de cemento, es por la cacería diaria y la mordida en la yugular que casi siempre es inesperada.

A esta altura de mi vida estoy más que acostumbrada a los zarpazos a traición, a las picaduras de las víboras zzzizzzañozzzazzz a las que estúpidamente ayudé olvidando su condición de ponzoñosas, a las ratas de alcantarilla, a los buitres que viven de la carroña.

Sí, soy una experta esquivando cocodrilos, sobreviviendo a emboscadas de hienas, y si bien al principio me costaba, si bien en un comienzo llegaba a mi madriguera a lamer mis heridas para salir al día siguiente con la cola bajo el rabo, las orejas gachas y el gemido como pronta respuesta… pues esos días pasaron, hoy por hoy me la juego de igual a igual: ladro, gruño, muerdo y le aúllo a la luna cuando así es necesario.

El problema es cuando es otro el que resulta lastimado, cuando en la selva, de forma heroica, decide el león que él solito se bancará los golpes y cornadas de los cerdos de monte que, como todo cerdo, viven de la basura, se revuelcan en barro y dejan toda la oficina apestando a estiércol y si bien es cierto que el león llegó más enojado que adolorido (porque ni la batalla fue digna de él por sucia) igual… se bancó el mal rato por mí y eso, al margen de que me llena de un calorcito y una ternura infinita, también me llena de bronca y unas ganas inmensas de hincarles mis garras a esos cerdos inmundos y desgarrarles el cuello con mis dientes.

Miro la luna en el horizonte, tan bella, tan blanca, tan cómplice de mis sentimientos y recuerdo que en la selva no solo hay alimañas y animales carroñeros, sino también: mapaches graciosos y juguetones, osos maternales, lémures temerosos, ornitorrincos, cotorras (pintorescas y chismosas) y el dulce león.

El león que se preocupa por mí.

Pienso en la forma de acorralar a los cerdos, de cazarlos, de destriparlos y de pronto siento que es demasiado gasto de energía en unos animales cuyo sinónimo de diversión es revolcarse en barro. Estornudo, cierro la ventana y trato de dejar atrás la cacería diaria, el acecho a la presa de cada jornada laboral.

Mañana como todos los días me espera la selva – pienso ya medio dormida – la selva y el zoo.

6 comentarios:

Percy dijo...

Lucy
Esta es parte de una idea que tengo escrita... Los comments estan por demas


Poco a poco voy dejando atrás
Esa selva de cemento y sufrimiento
Dejo hasta el pensamiento
No pienso volver jamás

Digo para mis adentros
Que el asfalto y el cemento
No son signos de adelanto
Solo hacen ver los extremos

Temo ver mis sentimientos
Tirados en medio de la nada
En una carretera abandonada
Con el corazón hecho un lamento

Apolo dijo...

mas bien yo diría que el más fuerte se salva en la selva o mejor dicho el mas pendex, pero como tu dijiste ZOO, pues es de esperar que estes enjaulada entre barrotes, esperando a que te den de comer dos veces al día, mal humor y entre estiercol, etc, pero tu puedes buscar otro ZOO donde puedas correr a tu antojo y estar libre de animalitos cazadores en competencia, más bien, juntarse con otros para cazar animalitos que son buena para la dieta alimenticia XD jerjeje. Saludos

Israel dijo...

graias d verdad...
me use a pensar mucho despue tu comentario...
tienes mucha razon en la selva inseane que te envuelve y no te deja seguir algunas veces
que estupido leon el creamo nosotros para tratar de saber quien es quien...
un abrazo a la distancia

p.d. naturaleza sandre... gacias por el consejo, estoy cn el mp4 e los oidos escuchando a fito...

me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa...
me gusta estar al lado del camino...

Lucybel dijo...

Percy:

Que profundo lo que escribiste, me re encantó.

Presumo el sentimiento de "fugar" de la selva de cemento es algoque tarde o temprano todos sentimos. En lo personal me pasa algo... algo raro al respecto.

Fugo, y me divierto en el nuevo ecosistema elegido (sea el campo, otra selva mas salvaje o una selva mucho menos complicada) pero, pasado un tiempo muero por volver a mi propia selva, a pesar del riesgo.

Preciosa el verso... ojalá se vuelve canción!.

Saludos!

Lucybel dijo...

Apolo:

Presumo muchas veces no nos damos cuenta que TAN en el ZOO nos encontramos.

Unos dirán que el ZOO es: un trabajo del cual no pueden huir sea cual sea la razón, una familia cuya esposa (o) no lo deja vivir, una sociedad que no lo deja surgir, etc etc.

A veces el ZOO es tan grande que no nos damos cuenta hasta que punto, realmente, estamos en él.

No te pierdas!

Saludos!

Lucybel dijo...

Isra:

Que bueno que el consejo te sirvió, espero que las cosas te esten saliendo mejor y que tu ánimo se levante.

Fito a mi me aconsejo en muchas oportunidades y me identifico mucho con él pues al igual que yo es un CONFIADO de cabo a rabo. Le hacen miles y sigue confiando pero no se rinde y saca todo el provecho del mundo de cada una de sus caídas. NO se deprime mas que lo necesario (para que más?), luego a levantarse, luego a sacudirse y con renovada fuerza volver a la carrera de la vida.

Te sugiero escuchar TODO el cd "Naturaleza Sangre", es increible y es un recorrido por todo lo que implica un final: desde la descepción inicial (139 lexatins y unas ganas locas de morir) hasta la sacudida de cabeza, el asumir que todo termina y un "el centro de tu corazón" que nos recuerda que hay que recordar lo bueno... siempre.


saludos!