27 mayo 2013

POST - APOCALIPSIS ETÍLICO


A regañadientas y más que nada porque tengo que hace mi web checking en algún ciber-café (para no estar a las 6 de la mañana en el aeropuerto, sino una hora más tarde), respondo con un desganado “si” a la sugerencia de mi hermano de salir y “dar una vueltita”.

     - Maldita sea el día que regalé mi impresora – me digo mientras me abrigo y cambio mis zapatos de “entre casa” (los zapatos de lona más viejos del mundo) por botas de goma.
No señores, no llueve, o al menos no lo hace de la forma convencional… es otro el “liquido” que no deseo en el botapié de mi pantalón ni en la lona de mis zapatos (por más viejos que sean).

Hoy es el día después de la “Fiesta del Gran Poder”… y las calles son pegajosas de orín y cerveza.

La caminata hacia el ciber-café se me hace eterna y ya a dos cuadras de la Avenida me hallo 3 veces arrepentida.

Mi hermano no da más de gusto, y es que resulta que tiene, muy en el fondo, alma de sociólogo. Todo esto le fascina y es que debo admitirlo, es como estar en otro mundo.

Pasa un niño con el cabello moteado entre rubio y negro (motas rubias sobre cabello negro) y cascabeles en las botas, agarrado de la mano de una chica con facciones muy autóctonas que no combinan con el platinado del cabello y las pestañas larguísimas de un azul muy fuerte.

Mi hermano reprime una risa y me señala a una especie de “Dick Tracy” (así es la ropa) de rosado (de punta a punta) que sumamente borracho hace zetas en la calle al son de alguna canción que es audible solo para él.

Vira para mirarnos, y la cara y la expresión del rostro no es narrable. Los colores no concuerdan con las lágrimas en los ojos que son borrados de un sopapo por la “damicela” al lado suyo.

     - Avanzá te digo!!! – le grita en la oreja mientras es coreada por 7 u 8 féminas (todas de pollera lila y amarillo con manta de mariposas negras) que no dan más de borrachas.

Un taxista avezado toca el claxon tratando de abrirse paso entre la muchedumbre, y es rodeado inmediatamente por una tropa de bailarines. La calle se halla cerrada a los autos, pero no es porque así lo dispusiera alguna autoridad, es solo que los bailarines se apoderaron de las calles y no hay persona que los saque de acá. Rebelarse es imposible.

El taxista no cesa en su empeño hasta que un “platillero” de la banda que acompaña a los bailarines, se pone al lado suyo y le brinda un “solo” que dejaría sordo a cualquiera.

     - Además, hay una tarima en la otra cuadra – dice alguien al lado mío – no va a pasar.

Volteo a ver al que dio la información; no pasa de los 15, lleva plumas en el cabello y la cara pintada como “apache” que de todas formas no disimula el morado del trago.

Es la “tónica” de esta tarde post-fiesta: Caras hinchadas, labios deformados, los rostros morados y la vestimenta colorida que en nada secunda el ánimo de quienes las visten.
Recuerdo una clase de historia en colegio, y la justificación del porqué nos atacaron allá en 1879.

     - Resulta que era el carnaval y estábamos celebrando– dijo la profe y como si eso explicara todo, pasó a otro suceso histórico de importancia.

Yo me quedé con un signo de interrogación que aún hoy en día vuelve cada que se acercan las fechas de “expresiones artísticas de alto folcklore” en mi país.

Primera “?”. No hace ni una semana que estábamos a los dinamitazos en las ciudades pidiendo una renta de jubilación JUSTA, que parecía no llegaría a su fin y de pronto se dio un cuarto intermedio … para irnos todos de fiesta?

Segunda “?”. Se habla de extrema pobreza, de indigentes que se mueren de hipotermia por dormir en las frías calles de La Paz y por otro lado TAMBIEN se habla del gasto de medio millón de dólares que realizó el “preste mayor” (el anfitrión) de esta fiesta.

Tercera “?”. Se habla del racismo y la descolonización y acá están ellas, todas son tan rubias, todas tan de ojitos verdes de vidrio, todas maquilladas de un blanco/rosado. Allí están ellos maltratando a los “recién llegados del campo”, cambiándose al apellido de Mamani a Maisman, de Quisbert a Gisbert.

Me miro en el vidrio de un restaurant: con mi cabello negro, mis ojos negros, mi piel color café con leche y me salta el signo de interrogación.

No entiendo el Gran Poder, no entiendo el Carnaval porque no me trago el cuento de “alegría y distendimiento”, porque siempre me supo a “tapar el solo con un dedo”, siempre me supo a “restregarle la plata que tienen” a otros que no la tienen, porque escucho una banda y los veo morados y llorosos como si todo el trago no pudiera borrar una realidad que no terminan de aceptar … y me llega el olor a orín y cerveza que es la verdadera esencia de estas fiestas.

Volteo a comentarle a mi hermano pero él me interrumpe  encandilado:

     - Che Lu, donde será que está Jareth no?
     - Jareth? – digo yo confundida.
     - El Rey! - me dice él - hoy todos son Goblins!!!! - y rompe en risa.

24 mayo 2013

“EN EL NOMBRE DE LA U”


Y un día Humberto Eco habló, y dijo nomás lo que tenía que decir, guste a quien le guste.

Levanto mi cuchara y me quedo observando los ingredientes de mi arroz: arroz retostado en aceite vegetal, arvejas, zanahoria, cola de cebolla, un huevo, sal y un cacho de azúcar y me pregunto por enésima vez QUÉ de todo lo que estoy comiendo será lo que me mate en un futuro:

-          El aceite vegetal? ( y todos los conservantes que contiene)

-          Las verduras?, llenas de pesticidas y/o aguas contaminadas con minerales pesados? (y en La Paz se “descubrió” que los tomates tiene cromo – al  mismo tiempo se me vino como un flash Erin Brockovich y se me pararon los pelo de la nuca -)

-          El huevo? (esas gallinas tienen más hormonas que el gay más extremo!)

Me digo : Lu, al menos todo es natural  y sonrío ante mi evidente “automentira” Si Lu, todo es natural, pero eso  no es garantía de que sea saludable, tú lo sabes, yo lo sé, Humberto Eco lo sabe y no veo porque el resto de la gente no lo pueda saber.

Un día Humberto Eco habló y dijo que la Universidad debería volver a ser elitista, que ya eran muchos los “universitarios”; que encima de todo ahora hay internet y que por lo tanto el papel del docente está como que “demás”.

Es cierto? Será posible que el autor de “El Nombre del Rosa” viva tan, pero tan , pero tan en su mundo medioeval que no llegue a entender las implicancias que tiene el que: el conocimiento, el “saber”, se halle en manos de pocos?.

Queda Italia tan lejos del mundo? o es solo él el que se encuentra lejos de la realidad.

Mi actual trabajo me permite realizar ciertas comparaciones entre países y si bien yo pensé que la cosa estaba feeea en mi Bolivia, Qué re jodida que está en otros lugares!!!!  y sin ser una erudita en sociología puedo afirmar 100% a que la ecuación “a menor educación, mayor pobreza” no puede ser más evidente, al igual que ecuación “a menor educación-mayor mortandad”.

Ok Ok… me dirán que Humberto no se refería a la educación “per se”, si no a la educación superior.

Pero señores… se puede llamar “educación productiva/efectiva” la educación básica?, me hace menos pobre, más saludable el saber leer y escribir?. Es suficiente?.

Miro mi arrocito y me pregunto que estará comiendo el amigo Humberto, serán arvejas de lata?, gastará n plata comprando comida “orgánica”?.

Sabrá Humberto que mucha de su comida viene de este lado del mundo y que, sin educación (buena educación), barata y buena para todos PODRÍA darse el caso que de acá a unos años se quede sin tomates para su lasagna? (o que sus tomates sean más plástico y químicos que tomates?)

La Universidad está saturada de estudiantes… SI
SI y a mí me alegra que la gente QUIERA ser alguien en esta vida, aunque opino que la Universidad debería ser más exigente con el nivel de profesionales que salgan de ella.

La Universidad no es para todos… SI

Y la gente cada vez está más convencida que ahora nos faltan técnicos y que el serlo no te hace ni menos ni más que un licenciado.

La Universidad debe ser elitista… NO

Yo quiero que mi vecino sepa economía, que la niña del campo sea agrónoma y plasme sus conocimientos acá en Bolivia (donde a diferencia de los agrónomos gringos… ella sí conocería nuestra realidad), que el estudiante del campo sea doctor y dejen de morir por apendicitis y diarrea en las áreas rurales.

Quiero que alguien de los que cultiva vegetales con cromo, SEPA que esto es cancerígeno y entienda lo importante de esto (y esto no va a pasar si es que el amigo solo sabe leer y escribir, si su educación llegó solo hasta ahí).

Amo “El nombre del Rosa”, y me encanta como escribe Humberto Eco, pero creo que está perdido en un mundo donde todo es Hidromiel y pan recién horneado.

Hay otras realidades Humberto – me digo mientras llevo mi plato de arroz (ya me lo comí, fue mortalmente rico) a la cocina y vuelvo a la lectura de mi libro – si vivieras en el Poniente de George R.R. Martin podría apostar que nunca fuiste más allá del muro y viviste en un constante y largo verano.

Por lo tanto y parafraseando a Ygritte... No sabes nada Humberto Eco.

23 mayo 2013

Y VOLVER.... 

Podría confesar que me atrapó el facebook o el twitter, pero… ni soy tan fanática del face y en realidad twitter no tengo.


Podría convencerlos de que tuve trabajo hasta la estratósfera y que en realidad no había tiempo ni para respirar. Pero no es cierto.

No hay motivos para abandonar la escritura, mucho más si esta es una pasión y alimenta el alma.

No hay excusa y es por eso que no tengo excusa.

La verdad es solo esta:  Tengo la cabeza llena de música y libros que leer y si bien estuve escribiendo por este lado (en papelito…), me descuidé del blog que me gusta nomás porque puedo ponerle un poco de “mi” a la NET.

So… I’m Back!!!