12 junio 2013

Hablemos, usted y yo. Hablemos de miedo


Ahí estoy yo, esperando que empiece la película (que debido a “problemas técnicos” femeninos, caprichosamente la quiero ver en tele abierta con todo y el millón de propagandas que esto significa) mientras mi dulce novio me mira confundido. 

Lo miro de reojo y por un momento me cuestiono si es que seré de gustos muy raros, pero el cuestionamiento dura lo que dura un parpadeo. 
Me recuesto en la cama, acomodo mi almohada y me relajo. Hoy me siento super fea, medio triste, medio furiosa, y medio con ganas de matar, así que bien vale la pena mimarme un poco y ver si así me siento un tanto mejor.

Sé que en la lógica lo ideal sería acurrucarme en los brazos del novio y ver alguna película melosamente romántica.

Y sí, acurrucarme en los brazos del novio suena bien (lo de la peli romanticona…. suena hasta por ahí), pero sé que si lo hago terminaré irremediablemente adormilada y hoy no se puede, hoy debo estar despierta y con los sentidos agudizados.

Hoy toca sentir miedo y dejar que éste me erice los vellos de la nuca.

Es tarde de terror.

El terror y el horror son géneros que definitivamente me encantan. No existe mayor placer en este mundo que sentarme en la mecedora de mi má, con alguno de mis cuatro perros en el regazo, un termo con té negro y un buen libro de Stephen King. Si bien existen otros autores y otros géneros que me llegan al alma (Fuguet… te llevo entre sístole y diástole), no hay nada mejor para fugar del mundo que llenarme de estremecimientos y frío en la espalda con lecturas terroríficas. 

King de preferencia.

Qué porque terror?, Esta es una pregunta que me hice muchísimas veces, especialmente cuando llega la Feria del libro y me dedico a preguntar en los estantes si es que tienen algo de King (lo que sea: nuevo, viejo) y vislumbro cierta perplejidad en el rostro de las vendedoras (de las que saben de libros, de las otras mejor ni opino).

Es tan malo que nos guste el terror? Es patológico, me hace extraña/freaky/psicópata?

No hace mucho conseguí un libro de King que faltaba en mi colección, se llama “El Umbral de la Noche” y es un compendio de cuentos (de los más macabros), muchos de ellos ya poseen una versión "cinematográfica" (que no le llega a los talones a los cuentos, sea dicho de paso). El libro es muy bueno de verdad pero, y puedo pecar de iconoclasta (palabra que aprendí leyendo tal libro), no fueron los cuentos precisamente lo que más me gustó, sino el Prefacio del Libro, mismo que empieza con un: “Hablemos, usted y yo. Hablemos de miedo…”

En dicho prefacio King explica un poco (sin mosquearse eso si) el porqué de su afición a escribir libros de terror pero aún más (y siendo que la gente le pregunta el “por qué” con cara de: usted debe estar loco o mínimamente debe ser un poco “oscuro”) cuestiona el que, siendo que la temática es “tan mal vista”, la gente lo lea, la gente lo disfrute.

King, cree haber hallado la razón: “Creo que la clave de esto podemos encontrarla en un fragmento de una crítica de cine de la revista Newsweek. Se trataba de un comentario sobre una película de terror, no muy buena, y decía más o menos lo siguiente: «...una película estupenda para las personas a las que les gusta aminorar la marcha y contemplar los accidentes de carretera». Es un buen juicio cáustico, pero cuando uno se detiene a analizarlo comprende que se puede aplicar a todas las películas y relatos de terror…”

“Lo cierto es —y la mayoría de nosotros lo sabemos, en el fondo— que muy pocos podemos dejar de echar una mirada nerviosa, por la noche, a los restos que jalonan la autopista, rodeados por coches patrulla y balizas…”

Es cierto, Stephen King no está descubriendo la pólvora pero nos muestra (quiera el lector o no) que la afición al terror  ni es tan rara, ni tan anormal y mucho menos significa que el lector es un enfermo mental, es simple y sencillamente parte del ser. Y bien si la gente prefiere desentenderse de él y pretender que no le gusta, hay una verdad absoluta: a la hora de la verdad, todos queremos “aminorar la marcha y contemplar los accidentes de carretera” (algunos de forma mas gore, otros de forma más sutil pero al final, es casi lo mismo).

Ok entonces es solo morbo?

Según el profesor Glenn Sparks, director asociado de la Escuela de Comunicación Brian Lamb de la Universidad de Purdue, una de las razones por las que la gente ven una película de terror es por el “después”, es decir, por la sensación que queda después de acabar de verla, ya que mientras visualizamos este tipo de films aumenta nuestro ritmo cardíaco, nuestra presión arterial y nuestra respiración. En definitiva, aumenta nuestra excitación, y esto persiste al haber acabado la película. (párrafo extraído de http://www.medciencia.com).

A punto de acabar la película (PULSE, no sé si recomendarla) me doy cuenta que el efecto esperado (escalofríos, aceleración del ritmo cardiaco y … más que nada, disfrute de la película) no se dio del todo. NO sé si fue la trama (y.. hasta por ahí), el hecho de que el ambiente no era necesariamente el más terrorífico (besitos con el novio y risas por todo lado) ó que definitivamente NO es posible ver películas con cortes comerciales (simplemente se rompe el ambiente y ya nada es creíble).

Suspiro, habrá que salvar la película con algo de “verdadero terror”, del que surge de la propia imaginación… y te eriza la piel si la historia es buena…

Mr. King, esta noche tenemos una cita. 

(para aquellos que quieran leer el Prefacio completo Y POR SUPUESTO LOS CUENTOS, acá les dejo un link para bajar el libro El Umbral de la Noche . OJO NO ES PIRATERÍA!!! es un desesperado método para conseguir libros que de otra forma jamás leeríamos)

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