08 agosto 2011

Missing ...


Me explota el corazón como solo suele pasarme en conciertos de rock.

(Pero este no es un concierto de rock).

Se multiplican los sentidos (del 6to al 100mo. se prenden como lucecitas de navidad) y me lleno de vitalidad… respiro hondo, me arreglo la chalina y entro a la XVI Feria del Libro de La Paz – Bolivia: mi lugar y tiempo favorito, mi culposa adicción, mi droga favorita.

Como siempre no sé por dónde empezar razón por la que me dejo llevar por el mar de gente, por el turbión de “freaks” (gracias Dios!, los llamados freaks por leer somos muchos en La Paz) que se deslizan de stand en stand tratando de abarcarlo todo, de llevarlo todo, de respirar un poco de polvo de papel y tinta impresa.

Trato de ubicar a mi hermano que perdido en la multitud grita mi nombre.

- Ya encontró algo – pienso mientras voy a su lado.
- Esta no tenemos – me dice y me pasa un libro de King.

Lo tomo entre mis manos, acarició el celular de la portada.

Como todos los años la meta es la misma: Terror, algo de escape, de science fiction, de realidad no tan real, de vivir otras vidas a través de otros personajes, de gastar mi imaginación, de mutar en cientos de lugares y estilos de vida.

Fugar.

Unos usan LSD (o la droga de su elección), yo uso los libros.

Si bien esta vez me prometí no ser tacaña con los libros la idea es no decepcionarme, es no sentir que perdí “tiempo” al leer un libro, sino todo lo contrario, es ese el porqué de mi elección, del tiempo que tomó en la decisión, de la duda con el libro en las manos y el ceño fruncido.

- Demos una vuelta – le digo y dejo el libro en el estante no sin antes asegurarme de que a mi vuelta (en lo que tome ver stands de la feria) aún lo encontraré.
- Me asegura que tiene más? – pregunto por 3era vez a la encargada/promotora/come libros de “El pasillo” y a pesar de que pacientemente vuelve a decirme que si, me voy del stand con un peso en el alma.

En la esquina del recinto mi hermano insinúa un “debimos comprarlo” que me termina de partir el corazón.

Retrocedo mi caminar por el laberíntico recinto repleto de libros, salto de Martinez-Achini, al YachayWasi, a Santillana, a Lectura y freno en seco.

- Es uno de Fuguet? – pienso mientras subo las escaleras a velocidad.

Y entonces encuentro “Missing” (una incongruencia genial!).

Missing....

Si algo reprocho a mi forma de ser, en mucho, es ser poco temeraria, dudar de lo que pienso y por lo tanto no decir del todo, con puntos y señas, con la claridad que se merece lo que REALMENTE creo respecto a algo o alguien.

Quiero pensar que me queda un poco de “polite”, que no soy tan torpe, que aún me interesa el qué genere mi comentario en la otra persona pero eso no deja de ser una forma de “cobardía”.

Lo sé

Tal véz por eso me tragué Missing como hace mucho no me tragaba un libro, de una vez, sin pausas, leyéndolo hasta el amanecer, porque simplemente no me la creía.

Y es que la verdad cruda, la verdad sin tapujos ni revestimientos, la VERDAD siempre me supera porque la verdad es valentía y a mí, ésta, a veces me falta.

Leo Missing y me pregunto si es real, si es posible que “alguien” pueda llenar un libro con verdades propias y salir ileso, si es posible “novelizar” una vida real y cercana y palpable y sentida sin que llegue a ser un autosabotaje, un asesinato en prosa.

Me llega Missing y me llega por partida doble porque yo también disfruto huir, pero ni tanto, porque una vez que estoy lejos solo pienso en regresar y me siento ajena.

Me llega Missing como todo lo de Fuguet no porque me sienta “como él”, sino porque leerlo es leer alchicosudamericanoclasemediaquefuealaU (así de una), a aquel chico que vivió entre los 80 y los 90 y los 2000 y que como tal tiene más preguntas que respuestas. Fuguet solo nos retrata al retratarse, leerlo es leernos, siempre fue así: de Mala Onda a Aeropuertos.

Verdadero, así es Missing,

Thanxs Fuguet, tanta novelada revelación es 100% inspiradora.

Invito a leer el libro, es simplemente increíble. Mmmmm se me ocurre que Carlos (el protagonista) bien pudo haber cantado algo parecido si hubiera tenido 18 en los 90's, también se me ocurre que la existencia de esta canción se debe a que muchos (especialmente de los 90's para acá) nos sentimos como él.



PD: Entre los libros comprados tengo Cell de Stephen King (si si, lo compré)

4 comentarios:

David Lepe dijo...

interesante... ya lo veremos, gracias

Lucybel dijo...

;)

Creeme David, no te vas a arrepentir


Saludos!

Anónimo dijo...

la escencia esta en tu caracter y como eres dia a dia yo tambien soy agresiva y odio santa cruz el calor me mata y la ignorancia mas aun busco exposiciones o algo mas cultural y solo encuentro tiendas de ropa y la musica es pesima tampoco se organisan buenos conciertos, vestir de negro imposible con tanto calor, pero es mi color favorito. odio este pueblo de mierda.

lakepaciorek dijo...

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