
Tan solo 5 minutos después de estar sentada frente a su
escritorio sé que nada bueno saldrá de todo esto.
Las frases vuelan: Lu… así nomás es… no hay como cambiarlos…
haber voy a hablarle pero no prometo nada…
La charla (el monólogo del psicólogo de la ofi) continúa
pero al minuto 8 ya me siento hastiada, esto da mucha vuelta y siendo que la
solución es: “ni modo Lu, cé la vie”, empieza la “comezón” que es cuasi ALERGÍA
al aburrimiento.
Miro por la ventana y me pregunto si es que realmente me
creí el cuento de que algo podría cambiar si le contaba mi dilema al psicólogo.
DILEMA DE LU: abofetear y mandar a la mierda al compañero de
trabajo por su bullinesco comportamiento … o no.
El soliloquio del psicólogo termina con un pedido de “paciencia”
hacia mi problemático compañero de trabajo.
Me levanto, doy las gracias y vuelvo a mi escritorio/cubo.

- Tiene que haber alguna salida, alguna idea en
Internet – me digo y procedo a buscar en Google algo como: “Cómo sobrevivir en
una oficina… no muy amigable”.
Horas después de una exhaustiva investigación me queda una
sola opción:
Necesito una segunda actividad.
Entonces caigo en un problema, existe en esta ciudad gente
que comparta mis gustos? y donde los encuentro?.
Dejé avisos en Facebook pero creo que la solución no va por
ahí (a mi solicitud de chicos que “leen” me salió un chico, buen tipo, pero
cuyo repertorio de libros iban de “Quien se ha llevado mi queso” a “Como
ser millonario”… so … no)

Es mucho pedir?
Suspiro mientras leo lo que escribo y recuerdo lo que me
contó el domingo mi hermano: Cada lunes
tiene charlas en ARMONIA, hace dos lunes tuvo una explicación sobre todo lo
referente a la simbología tras Alicia en el País de las Maravillas, el anterior
lunes fue sobre la simbología de La Divina Comedia.