
Enredada en los brazos del novio es un poco difícil creerse el cuento de que existen: vampiros, monstruos, asesinos en serie… el demonio.
Presumo es por eso que, esta vez, “El Rito” (película de Mikael Hafstrom) no me pegó tan duro.
No tuve sobresaltos, no se me puso la piel de gallina, no se me revolvieron las tripas ni se me pararon los pelos de la nuca.
Tras la escena final y el bostezo de mi novio (creo que estuvo dormitando algunos momentos durante la peli) decido que hubiera sido mejor volver a ver (por enésima vez en mi caso) Detroit Rock City y es justo cuando las palabras van dando forma a la frase en mi mente que, caigo en cuenta que tal vez el sentido de la película no era inspirar un terror visceral, un terror irreal Hollywoodense, sino algo más…
Recuerdo que en una charla sostenida con un amigo curita (hace ya tiempo) al preguntarle sobre si el demonio existía o no, tuve una de las respuestas más claras que jamás pudiera tener al respecto:
- Lu, el demonio existe, algunos lo llaman Lucifer, otros Belcebú, otros Microsoft (jajajajaja), yo lo llamo maldad y es que en resumen es eso: es el mal y donde veas una acción mala, con intención de hacer daño por hacerlo, entonces… allí verás al demonio.
- Mmmmm, por como lo planteas el demonio no suena como algo “palpable”, creíble… mmmm y entonces los exorcismos? No se supone que allí se mete un demonio tal cual?
- OJO Lucybel, el que no puedas tocar al demonio no implica que no exista. Es como Dios, es como el amor, lo sientes, sabes que estás enamorada pero no ves el amor. De igual forma hay… reacciones, acciones en contra de uno mismo no “naturales” y es más puede que uno se dé cuenta de estas acciones: ganas de morir, que solo piense en hacerse daño o en hacer daños a quienes ama. Creo Lucybel que es cuando uno se ataca a sí mismo, cuando se autosabotea, cuando la maldad intenta autodestruirlo que… hay alguna injerencia maligna.
Ruedo en la cama y volteo hacia la pared. Me viene a la mente una frase de la película y me pregunto si alguna vez…. yo hubiera llegado tan lejos.
Me explico:
El Innombrable es un episodio en mi vida que tuvo un desenlace demasiado duro de soportar (aquellos que ya leyeron sobre el innombrable... favor saltar el un párrafo jajaja).
No solo me lastimaron psicológicamente (quedé con la idea de que era “la quinta rueda”, “lo segundo después del perro”, algo completamente prescindible… para cualquiera) , sino que quedé tan cansada por todo (por cargar con la relación YO sola, por buscar solución a algo que estaba por demás lejos de tenerla, por tratar de mutar a lo que él decía querer) que al final el hastío se sobrepuso y me superó.
Y entonces, creo, me deprimí.
Y digo creo porque he visto gente seriamente deprimida, vi casos que rayaban en lo extremo y tampoco llegué a tanto. Pero si me sentía inmensamente triste y con el valor de 0 en absolutamente todo.
Y me odié, porque en mucho sabía que la relación se fue al caño por culpa mía, en un 50%. Y me odié más porque NO DEBERÍA sentirme mal ya que "SU" 50% fue pura maldad. Fue ser cruel conmigo, a propósito, adrede.
Hoy por hoy y en un menor rango, sé que el odio hacia mí misma, la depresión (no sé si llegué a ella pero… en camino si estuve) era algo muy ajeno a mí. Yo no suelo ser triste ni por casualidad.
Un día de esos (a las dos semanas de haber terminado definitivamente con el innombrable) mientras escuchaba por enésima vez un tema que me gusta mucho (de los Vilma Palma) y que muy en el fondo (y malvadamente) deseaba él la escuche y le duela tanto como a mí (que me la dedique, que se sienta solo sin mí y la pase mal), de pronto… escuché la canción y ya no lloré más y me di cuenta que algo se había ido de mi: la tristeza, el dolor y el odio que sentía (odio hacia él pero mucho más… odio hacia mi). Si, aún sentía algo, pero no en la dimensión de antes.
Eso pasó el 2005.
El 2007 llegaron los Vilma Palma e Vampiros a La Paz. Hasta ese entonces mucha agua había corrido entre el Innombrable y yo: me buscó, lo evadí, se casó, embarazó a su esposa, me volvió a buscar, lo volvía evadir, me dijo que se mataría, lo evadí por 3era vez y ya no me buscó más.
En julio del 2007 (según ticket del concierto al que fui) los Vilma Palma cantaron “Verano Traidor” y con este tema, que había sido escuchado hasta el hastío un verano del 2005, que había sido llorado con mucha bronca adentro mío dos años atrás, AL FÍN Y PARA SIEMPRE, ese 2007, se iba el Innombrable de mis sentimientos y se volvía : anécdota, cuento para los nietos, moraleja para las parejas, película cómico romántica, etc. etc. etc.
- Que bello Lu – me decía mi amiga en el concierto y al voltear a verla vi de pasadita en una mesa al Innombrable, solito con el vaso en la mano.
Fuera de lo pensado... no sentí ningún rencor, ni rabia, tampoco pena... en realidad no sentí nada. Desde entonces no lo volví a ver más.
Ahí terminó mi “exorcismo” y dejé de sentirme mal conmigo misma y con él. El miedo, el odio, la frustración, eso que de a poco se fue disipando en cuestión de dos años tuvo un fin el momento en que escuche “Verano traidor” y ya no sentí nada hacia nadie. Ya solo me dió por cantar entre risas y chillidos un tema que es 100% precioso.
Aún hoy me pregunto qué hubiera pasado conmigo si hubiera permitido que los sentimientos negativos me hubieran copado por completo y es que casos vi donde la depresión llegó a suicidios o a situaciones aún más extremas.
Es eso estar poseído?.
- Uno de los primeros síntomas de una persona poseída es la depresión – decía Lukas (cura exorcista de “El Rito”)
Mi novio se mueve al lado mío, siento el calor de su cuerpo y el ritmo acompasado de su respiración y otra vez se me hace lejano e irreal el mal y todo lo relacionado a este. Abrazo al novio que semi dormido me atrae a su lado y dormito entre posesiones y ritos.
- La otra señal Lucybel… es la precognición
- (ya callate subconciente!)