
Me atrapa la atmósfera… el lugar sería perfecto para un video de Death Metal o Black Metal, casi, casi puedo escuchar en el viento el riff de una guitarra violenta y el sonido ronco y terrorífico de una voz infrahumana.
Cristina se da la vuelta y me mira. Suspira con impaciencia y levanta los brazos logrando que las pulseras en forma de víboras lancen centellas de luz..
- Ah!!!!!!!!, Lucybel!... apurate mujer! Tenemos HORA!, otro día volveremos por acá de turistas ahora… apurate!
- Ok, ya voy, perdón – le digo mientras acelero el paso.
- Ok, ya voy, perdón – le digo mientras acelero el paso.
Oscurece, la negrura es casi total, el escasísimo alumbrado público solo deja ver las puertas de algunas contadas casas. Cristina para en una esquina, silba algo en código y espera; minutos después surge de una casa una chica vestida de negro que me mira con desconfianza.
- Y ella? – pregunta refiriéndose a mi.
- Es una amiga de La Paz, se llama Lucybel – dice a tiempo que da la vuelta y me señala, luego señala a su amiga y me dice - Y ella Lucybel, es Morrigan, amiga del grupo.
- Ajá – Carraspea Morrigan después de medirme con la mirada. El largo cabello negro le cae en cortina sobre un ojo dándole un aspecto bastante… macabro. Esto sumado a la enorme cruz egipcia que le cuelga del cuello le da una apariencia un tanto... “brujística”.
- Es una amiga de La Paz, se llama Lucybel – dice a tiempo que da la vuelta y me señala, luego señala a su amiga y me dice - Y ella Lucybel, es Morrigan, amiga del grupo.
- Ajá – Carraspea Morrigan después de medirme con la mirada. El largo cabello negro le cae en cortina sobre un ojo dándole un aspecto bastante… macabro. Esto sumado a la enorme cruz egipcia que le cuelga del cuello le da una apariencia un tanto... “brujística”.
Cristina hurga en el bolsillo de su falda (roja y larga hasta el suelo) y saca un frasquito empolvado que entrega a Morrigan.
- No sé si aún sirva… se lo saque a mi abuela – dice, y vuelve a caminar haciéndome un gesto para que la siga.
Miro a Morrigan que abre el frasco, lo huele un momento, y lo cierra haciendo un gesto de aprobación.
Ambas seguimos a Cristina cuya silueta es cada vez menos visible, tanto que más que verla solo oímos el sonido de sus pisadas en las calles de tierra.
Minutos más tarde por fin llegamos. Hago un recuento mental sobre lo que me pidieron que traiga: Un cuchillo filo, huevos.
Ya en la puerta Cristina es tajante en que SOLO es posible entrar con la vestimenta apropiada.
- Son las reglas – dice, mientras revuelve la mochila sacando de ella tres mudas de ropa:
BUENO: tres mandiles para cocinar.
BUENO: tres mandiles para cocinar.
Ahora sí, ya podemos entrar al horno de la panadería
***************************************************************
Una de las tradiciones más “deliciosas” en Bolivia es hacer pan para la fiesta de “Todos los Santos” (que se celebra el 1 y 2 de noviembre). Tradición que aun vive con todo y las fiestas de Halloween celebradas por aquellos que adoran disfrazarse y pedir dulces de puerta en puerta.
Cristina, llena de harina, sacude el empolvado frasquito mientras discute con Morrigan sobre los pro y los contra de ponerle la “esencia de vainilla” a toda la masa o solo a parte de ella, y mientras tal discusión “técnica” se lleva a cabo, me dispongo a dar una vueltita por el “horno”.
Cristina, llena de harina, sacude el empolvado frasquito mientras discute con Morrigan sobre los pro y los contra de ponerle la “esencia de vainilla” a toda la masa o solo a parte de ella, y mientras tal discusión “técnica” se lleva a cabo, me dispongo a dar una vueltita por el “horno”.
El ambiente huele delicioso, a pan recién horneado. Muchas de las mesas de amasar se hallan ya repletas de: “niños envueltos” (T’anta wawas), escaleras y caballitos, todas estas elaboradas con masa de pan.
Siento una atmósfera familiar que me llena el alma de cariño y comprensión TOTAL hacía el porqué esta tradición aun persiste a través del tiempo.
Todos Santos es mucho más que una ocasión para recordar a aquellos que ya murieron, es también un encuentro familiar donde: niños, jóvenes, ancianos, sentimos la presencia de los seres amados que ya se fueron A TAL PUNTO que, ese día: se cocina la comida favorita, se sirve el trago más gustado, se pone la música predilecta de aquel que ya se fue… FÍSICAMENTE, pero cuyo espíritu revive al menos por un día al año en el recuerdo de los que aun estamos vivos.
Vuelvo a mi mesa de amasar. Cristina y Morrigan ahora discuten sobre la factibilidad de poder hacer guitarras eléctricas con la masa de pan.
- Para todos nuestros “rocker stars” que se fueron – dice Morrigan mientras modela algo como cuerdas de guitarra.
Tomo una porción de masa y diseño una especie de microfono. Si de rockeros famosos que cruzaron al más allá se refiere, tengo una lista GIGANTE de aquellos que me gustaría ver, aunque sea por unos minutos, delante mio:
Keith: No era justo que te mueras taaaan estúpidamente!, como pudiste combinar alcohol y drogas!.
George: Tu me dueles un mucho, tu y las horas que paso escuchando a los Beatles adivinando tu voz, reconociendo el timbre que hacía de "Something" uno de los mejores temas jamás compuestos.
Freddy: Desde "The Killer Queen" hasta "I want to breack free" eres y serás inigualable y sea donde sea que estes: Infierno, cielo, purgatorio, mas allá, más acá, otro planeta, otra dimensión o a donde sea que van los rockeros que se vuelven leyenda... donde sea que estés ... quiero que sepas que un poco de tí se quedó en mi: en mi historia, mi forma de ser, mi forma de encarar la vida y un "Spread your wings and fly away..."..... forever.
Miro mi mic de pan y mientras lo coloco en uno de los moldes que está apunto de entrar al horno pienso que es injusto recriminar a los muertos por "su forma de morir", al final no importa el "cómo", nadie vivirá infinitamente (al menos físicamente) y tal vez es mejor no?
Total, quien quiere vivir para siempre?