Supongo algún día alguien podrá explicarme por qué tengo
sueños tan raros.
Quiero pensar (me lo digo diariamente) que es algo que comí,
que en realidad mi imaginación no está tan desbordada y que… de alguna forma Sí
tengo los pies sobre la tierra... nomás.
Luego me entra la duda, especialmente cuando 100 convencida
le cuanto a mi tía que YO SI ME QUIERO CASAR PARA SIEMPRE y entonces su mirada
cambia de tierna a “pobre ilusa”.
En fin… me digo, eh sobrevivido ya bastantes primaveras siendo
como soy que no creo que el vivir en las nubes ya sea un problema en mi vida.
Al fin y al cabo, eh aprendido a sobrevivir en la selva de cemento con mi
loca forma de ser.
Hasta ahí todo bien… pero y los sueños?
Los hay “apocalípticos”, a veces el lago se desborda e
inunda la ciudad, a veces es un meteorito, a veces es el sol que aumenta de
tamaño y genera mucho calor, la mayoría de las veces son naves alienígenas. Sea
como sea se acaba el mundo en sueños y yo solo corro, aunque sé que correr no
va a arreglar nada.
Los hay románticos “raros”, como cuando (y quien sabe porqué)
termino “relajeando” con Beto Cuevas (siempre es Beto Cuevas) y me levanto con
la idea de que hay que inventar una máquina para grabar los sueños, que ganaría
una fortuna reproduciendo mis “affairs” y que son mejores que cualquier
película cómico/romántica “hollywoodense” (unas veces es Beto invitándome a
subir al escenario, en otras aparece en una disco, en otras me busca en Facebook
y se enamora de mi foto!).
Sin embargo hay uno mejor, un sueño que por más que quiero
no puedo volver a replicar.
Es el 2009 y ahí estoy yo hecha trizas en un cuarto de dos
por dos. No hace ni 1 semana que estoy “sobreviviendo” en Cochabamba y ya no
puedo más del amartelo, extraño todo: mi casa, mis padres, mi hermano, mis
perros, mi frío paceño, mis chalinas de colores y mi Illimani… especialmente mi
Illimani, tan nevado de mi alma, tan cómplice de mis noches extrañas.
Es el 2009 y me meto a cama con los ojos rojos e hinchados
de tanta añoranza y entonces sueño… y sueño con él, con mi Illimani que en mis
sueños es un chico de 17 años morenito de ojos de vicuña y risa contagiosa.
En sueños lo amo y en sueños me ama y en sueños me canta y
es su canción la que me trae alivio; me besa y es su beso frío el que me quita
la fiebre y me trae confort.
Decir que me levanté y NO lo busqué es mentir. Claro que lo hice, lo busqué en todas las caras, en todos los colores, en todas las esquinas pero acá no está. Está allí en mi La Paz amada a la que vuelvo cada dos semanas simplemente porque estoy atada a ella, a su frío y a su Illimani hermoso.
Hoy, 15 de julio, en La Paz, todos saldrán a festejarte mi linda ciudad
(llenos de chalinas, “enchamarrados”, frotándose las manos y tiritando de frío), todos menos yo que me hallo en el exilio.
Pero no te creas que te olvido, ni a ti ni a tu hermoso
Illimani.
Hoy te recuerdo a punta de rock muy paceño y con el mismo
tema que un día me cantó un Illimani … en sueños.
1 comentario:
aja! sabía que había alguien ... tal vez un hombre radioactivo?! ... digo jaja ... pero Cocha no esta tan mal tiene sus cosas buenas tb, un agradable clima, ricas comidas y tu novio q te ama mucho ... asi q tb a ver las cosas positivas desde el otro lado ;)
Beso LU!
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