Recuerdo que
en charla de chicas (y ya que una estaba por casarse) nos metimos al
controvertido tema de las “golosas” (que si le metían día por medio, que
dependía mucho del trabajo, que dependía del resultado del Bolivar, que con
chocolate era más rico, que cada viernes sin falta) hasta… que una de ellas
dijo: yo no sé qué tanto lio por eso del sexo, al final es como hacer
aeróbicos, una suda y hace ejercicio pero esito sería.
La cara que
pusimos todas fue suficiente para que ella se diera cuenta que NO ERA SOLO
ESITO y que posiblemente “algo” estaba faltando. Nadie dijo nada (porque la
verdad nos quedamos sin habla) y es más, cambiamos de tema (yo, que trabajaba
en la misma institución que el esposo de la amiga me preguntaba con qué cara lo
miraría al día siguiente, mas looser el chico no podía ser!) pero, una noche en
una disco y con copas de por medio alguien se animó y le dijo: mi querida, a ti
te garchan mal!!! Y eso no es justo!, es como violación cachas?, si no hay
placer eso es abuso.
Y si, dije
garchan, como podría haber dicho coger o enchufar o tirar (lo aclaro porque por
allí me enteré que el nombre de la película de Denisse Arancibia había ofendido
algunos castos oídos y ojos).
El tema de
la sexualidad femenina es tan tabú hoy en día que simplemente no se puede
creer. El placer femenino así como las preferencias sexuales (gay o lesbiana o
miscelánea) y la forma/color/origen de los cuerpos (gordo, flaco, enano, alto,
moreno, blanco, mestizo, ario) son temas que no se tocan porque incomodan,
porque es más fácil hacerse la loca a preguntarle a una amiga/hermana/pariente:
che, y que será lo que se siente cuando una llega a un orgasmo no?, oye, me
atraen las chicas o porque será que no hacen ropa sexy para mi talla, será que
tengo que ser como la modelo de la revista? Que no tengo de otra?
Lo que hace
Denisse y sus Malcogidas es, desde mi punto de vista valiente, contestario y
hasta me atrevo a decir le pone un antes y un después al cine boliviano.
No es fácil
tocar temas como los descritos anteriormente pero aun es más difícil hacerlo
desde la comedia y hacerlo con buen gusto (sin caer en vulgaridades tipo Adam
Sandler, sorry para los que lo aman).
Es
imposible no sentirse identificada con alguno de los personajes, creo que todos
de una u otra forma hemos sido segregados, parias, en algún momento de
nuestro vida, fuera este por que el entorno no acepta a alguien diferente o por
una misma (cuando una se ve al espejo y de pronto cree que nada le queda bien,
y que nadie la va a querer).
Las Carmens
pueden ser cualquiera, aquel valiente que decidió salir del closet o
simplemente ser diferente al rebaño, aquella valiente que (como dice la misma
protagonista: es fea y gorda) pero que no por ello va a renunciar a lo que
quiere, ser amada, ser aceptada como es y, en este caso, tener un orgasmo.
Carmen
incomoda, claro que sí, porque nos muestra una realidad pocas veces charlada,
queremos aparentar el ser un país “open mind”, que ha dejado el racismo
atrás, que es inclusivo, y etc etc cuando la realidad es otra, cuando las
chicas se pintan el cabello platinado y se ponen lentes de contacto azules,
cuando se arma la grande porque la gente del Alto se va el fin de semana al
MegaCenter de la zona sur (sacrilegio por Dios!), cuando es insulto: amanerado, marica, gay,
cuando mueren chicas en clínicas clandestinas por hacerse una lipo, aumentarse
glúteos y senos (exigencia social por lo visto) y ni hablemos del SEXO,
especialmente en mujeres, porque es un tema que no se toca, porque es un tema
aun clandestino.
Carmen
incomoda pero también causa esa empatía del: hey yo pasé por eso!, yo también
hice dietas de todo, yo estuve enyesada toda la vacación, yo me enamoré de un
chico que ni bola me daba y seguro era porque estoy gorda/flaca/morena/chata,
yo gustaba de otras chicas pero preferí callar y casarme con mi amigo, yo gusto
de los varones pero mejor no digo nada porque seguro ni trabajo voy a encontrar
o terminaré siendo peluquero. En fin, al final es imposible no amar a Carmen.
No voy a
comentar sobre fotografía, edición y etc porque solo soy una espectadora más,
pero me daré el chance de decir que la música me encantó, que fue puntual, que
fue precisa y que tengo a Miguel Mateos saltando en mi cabeza desde entonces.
Vayan a
verla y dense el lujo por una vez de dejar en la puerta los prejuicios y disfrutar
de una peli que seguro aun dará mucho de que hablar.